Antes de las 10 de la noche salía al escenario, empezando con un tema conocido, sonaba bien desde el principio. Perfectamente estructurado el orden de las canciones, me sorprendió ver la facilidad que Fito y los Fitipaldis tenían para cambiar de una lenta a una más movida y viceversa, llevando al público en todo momento, haciéndolo vibrar en un concierto memorable.
Temas con toques de rock, blues (con músico americano incluido desde Memphis), country y hasta una polka cabe en su repertorio, también algún sonido beatles al comienzo de alguna canción. De repente, se atreve con una canción con aires flamencos, tipo rumba.
Combina a la perfección una misma melodía, q suena versionando con ritmos lentos o más rápidos, acertando con el juego y la innovación , se atreve y sale ganando, hace duos y el pabellón a rebosar le aplaude y canta con él. No habla de política, el público tampoco quiere polémicas agotadoras, descubro gente deseosa de disfrutar sin más de una noche de concierto, con un comportamiento ejemplar. Buen ambiente el que se vive, juntos, diferentes, disfrutan con la música de grandes artistas.