Saturday, November 11, 2006

Claroscuro

Apareció como un dandi, realmente sabía de su atractivo, rubio y atlético, más bien alto, todo el mundo en ese preciso instante le miraba, parecía americano, vestía impecablemente y sabía hablar con cada gesto, elegante, se le veía q tenía la facilidad para seducir incluso inconscientemente, en definitiva era un gran experto.
No era la primera vez q era objeto de miradas y comentarios, aunque nadie sabía en qué trabajaba, no llevaba mucho tiempo en el pueblo. Se había ganado algunos envidiosos últimamente, aunque tenía un grupo nutrido de admiradoras y hombres q querían ser como él, lo suyo era innato, sabía llevar cualquier prenda, comprada según parece en grandes firmas. Externamente todo el mundo pensaba q era un triunfador, aunque a lo mejor era muy infeliz...detrás de él en aquel local entraron dos policias, tras intercalar unas breves palabras, procedieron a ponerle las esposas y se lo llevaron fuera, ante la atónita mirada de los presentes, de repente todo cambio y aquella imagen se esfumó.

4 comments:

Luis Somoza said...

He¡, yo conozco a ese tipo: Jaime el vaselina, menuda prenda, de la barceloneta es.
Se hacia pasar por búlgaro pero como ahora tienen tan mala prensa dice ser un exiliado de Nápoles, un conde vetado por la camorra, no es mal tipo. Da igual que seas pobre o muy pobre, el se lo llevara todo.

emar5 said...

Ja, ja ,ja... me he reído mucho, la verdad es q se agradece leer cosas de este estilo pues ha sido una tarde dura. Salu2.




PD: seguramente estaba pensado en este "fenómeno" q describes, vaya pillo je,je.

Anonymous said...

Quizás no sea mala cosa desconfiar de los triunfadores. Si son triunfadores es porque han vencido a muchos, tal vez incluso a nosotros mismos.
Agur!

emar5 said...

Hola,la verdad es q con este escrito me preguntaba dos cosas;
1 ¿Cuenta tanto la primera impresión de una persona?.
2 ¿La apariencia externa sigue formando en su mayor parte esta impresión inicial?.
Por último con el final quería dar un giro sorpresa a la historia, me aburre lo monótono y predecible.
Agur.