Thursday, September 21, 2006

Lost in the mountain (relatos multipersonales)

CAPÍTULO I
El grupo subía por aquel camino estrecho, lleno de matorrales, todavía era pronto y aún refrescaba así q llevaban puestas las cazadoras, Julián se preguntaba por qué se encontraba allí? aunque en cierto modo el lugar no le resultaba demasiado desconocido, pues había estado en sitios similares. Se sentía en buena forma física, pero mentalmente era un reto q se había propuesto. En su mochila había de todo, llevaba un botiquín pequeño por si ocurría algún contratiempo, linterna, GPS, móvil (aunque éste dejaría de tener cobertura en algunas zonas), comida a base de bocadillos y barritas energéticas, bebida, sobre todo agua, caramelos, y algunas cosas más, reconocía q algunos de sus compañeros iban muy preparados, llevaban lo último en ropa para la montaña, pantalones especiales y algún aparato novedoso para no perderse.
El buen ambiente era generalizado, con algunos encontraba más afinidad q con otros o al menos eso pensaba, después de comer continuaron caminando, todo trascurría según lo previsto. El grupo de delante se paro ante una cueva bastante oscura, aunque había otra solución para seguir, entonces se desviaban del recorrido, nadie se atrevía a entrar, temían q hubiese agua, se oyó un grito q procedía de dentro, era la voz de una mujer. Beatriz tenía un presentimiento y algo le decía q no entraran, q solo iba a encontrar problemas allí, Julián superando sus miedos e inseguridades entro en la cueva...


CAPÍTULO II (escrito por antonio)
La relación de Julián y Beatriz siempre había sido cercana, respetuosa y algo presagiaba que esa amistad podría llegar a ser algo mas, aunque las diferencias de caracter les había llevado a discusiones en las que nunca llegaban a dar su brazo a torcer, eso si, valorando en su interior la perspicacia de la opinión contraria.
La entrada a la cueva invitaba hacia el interior pero solo Julian se atrevió y en un alarde de destreza consiguió superar el escarpado peñasco que tenía ante sus ojos, mientras Beatriz decidió pensarselo durante unos minutos y actuar con conocimiento de la situación e intentando controlar las dudas que continuamente le pasaban por su cabeza, metódica, perfeccionista y tenaz como correspondía a su formación academica y coincidiendo, como no, con su signo del zodíaco.
Al decidirse a entrar tenía un perfecto conocimiento y dominio de la situación, de otra forma jamas lo hubiera intentado, no obstante y como previsión comprobó una vez más el funcionamiento de su GPS y tomo nota de sus coordenadas, encendió la linterna, se ató nuevamente los cordones de sus botas........a pesar de todas las precauciones todavia tenía la sensación de que pasaba algo por alto. En un alarde de valentía se introdujo en la cueva y alcanzó a Julián que al verla y conociendo sus cualidades sintió un gran alivio pues ya se había tropezado varias veces y los murcielagos le habían propinado algún que otro susto.
Avanzaron en silencio hasta que en la oscuridad, divisaron unos ojos a escasos centímetros del suelo, se clavaron en sus cuerpos inmovilizando a la pareja, rápidamente reaccionó Beatriz dirigiendo la linterna hacia el extraño animal. En realidad se trataba de un precioso gatito que a la vez de ser el autor del aparente grito, era el compañero de un perro sarnoso y del dueño de ambos que yacía dormido en un rincón de la cueva, junto a el una botella de vino de mala calidad y los restos de una hoguera que hacía tiempo permanecía apagada.
Al acercarse descubrieron con estupor la causa del mal olor que desprendía la cueva, pertenecía al cadaver que tenían ante sus ojos.