Monday, April 09, 2007

De ajedrez, analogías y otras especies

La figura del peón en el ajedrez, una pieza aparentemente inofensiva, sin casi valor, tanto por su tamaño como por su forma no desprende ningún tipo de temor, pero esto no es así, nos encontramos ante un enemigo en potencia, juega en un lado del tablero, dp cuando menos lo esperas se traslada a las filas contrarias, le dá igual jugar con las blancas o las negras.
De personalidad voluble, aspira a ser otra figura que nunca será, intenta para ello arrimarse a la sombra que más cobija en ese momento, aunque luego reniege de quien le ayudó. Es útil el peón para ser utilizado por las grandes figuras, rey, reina ... y atacar a sus contrincantes, pero de una forma sútil, casi imperceptible. Menos inteligente, no conoce las verdaderas intenciones de los grandes, de éstos decir que lo suyo es calma aparente.
Otras figuras son el alfil, que parece aburrido, y casi pasaría desapercibido si no fuera porque cuando menos se espera, actúa con su propio movimiento diagonal, siendo potente y combativo.
El caballo por otra parte es elegante, poco agresivo hasta que equivoca a sus rivales con su complejo ejercicio, acompañado de un giro inesperado derecha o izquierda según convenga, para intentar ganar la partida.
La torre emana fuerza, nobleza, protege normalmente al rey y a la reina. Finalmente de éstos se observa que su verdadero valor y respeto depende de ellos mismos y de su actuación final, pues antes han estado amparados y protegidos por sus compañeros en el tablero de juego.





PD: hola, va a ver tertulia esta semana? ciao. nos vemos.

La Rosa Negra

El barco de grandes dimensiones, aún se conservaba en buen estado, su hallazgo se produjo días atrás, parte del botín de oro y piedras preciosas que transportaba había desaparecido. Se trataba de un velero del siglo XVII. Nicolás contemplaba desde la cubierta el paisaje, había una magnífica vista con el sol escondiendóse a media tarde, se giró y a sus pies llegó una botella con un mensaje en su interior, sacó el papel (no sin dificultad, debido al estado en que se encontraba el vidrio), decía lo siguiente:


"En algún lugar del Pacífico, 3-5-1757.

Para J. M. I. ( RN*, 25634)

No hay luz en tu alma, solo oscuridad, resentimientos y un rencor profundo en tus ojos. Maldad ( fruto lo más seguro de los complejos e inseguridades que aún no has superado).
Como la serpiente, inundas de veneno un desierto de paz y arena, la calma del mar...negro tu corazón , tiene mucho miedo.
Sabe bien que los celos y la envidia afloran sacando lo peor de las personas, dejando traslucir una mirada muerta. Debe cambiar, no es féliz, eso se aprecia fácilmente, solo vos sois el culpable de su situación.
El triángulo de las bermudas le desestabiliza (aún más si cabe). Conoce lo que ocurre, debe superar el momento actual, Lady A.S. quiere a otro, aunque ella viva en un sueño...



Charles Dubois; secretario de Lady Ascroft."


Nicolás no salía de su asombró, su incesante curiosidad le hacía preguntarse que historia existiría tras esta inquitante carta. Quién sería J.?, lo único que nuestro protagonista sabía es que la carta nunca llegó a su destino.

Saturday, April 07, 2007

Sin pasado

En aquel instante la calle estaba llena de vida, era hora punta, numerosas personas caminaban por sus aceras, la casualidad quisó que varios hombres con gabardina marrón y sombrero gris pasearán por allí, Mario y Raquel, se quedaban sin la única pista que tenían hasta el momento, relacionado con el suceso de aquella mañana.
Un hombre había aparecido muerto en su piso, con una nota, escrita a máquina, bastante enigmática y un cuchillo clavado en medio del corazón. Se descubrió su identidad a las pocas horas, se trataba de Mr. Blake, un hombre de mediana edad, divorciado, padre de 2 hijos a los que no pagaba la pensión, con númerosos acreedores debido a las deudas q contraía jugando en el casino. Además gente q le conocía, declararon haberle visto bastante a menudo con su última afición, perseguir jovencitas con las q intentaba ligar, con resultado infructuoso.
Esta era la situación mientras la policía científica tomaba posibles huellas en el piso, entonces se empezó a interrogar a los vecinos que no habían oído nada y únicamente habían visto salir del portal aquella mañana a un hombre q no conocían con una gabardina marrón y un sombrero gris. Los detectives se encontraban buscando alrededor de la manzana a una persona con estas características, había mucho trabajo por delante...

Escudos invisibles

Es la esencia del momento, temblor súbito,
el instante donde la bola de nieve se forma
en la cima de la montaña, esperando el momento
para deslizarse hacia la llanura que espera impaciente.
Arriba en la cumbre, una línea invisible, condiciona la escena
la cabeza estática, prudente, el corazón dinámico, ingenuo
se esfuerzan por ganar la partida.